Iker, amigo y compañero de tertulia emocional, es una de las personas más inquietas y curiosas que conozco. No sólo porque es de los pocos que no caen en la rutina de seguir siempre la misma senda para ir al trabajo. También, porque su curiosidad nos empuja constantemente fuera de nuestra zona de confort lectora. La última vez el motivo fue la elección de un nuevo libro y su original propuesta.
“¿Por qué no leemos algo de física cuántica?”
Incredulidad. Inquietud. Además de sueños y tertulias, compartimos tantas ganas de aprender que nos impiden huir de retos como éste. Así que acabamos en nuestra librería de cabecera, buscando consejo, sin el título del libro por leer, y con algunas dudas… Afortunadamente, nos encontramos con dos interlocutores amantes de la lectura dispuestos a compartir la búsqueda. Y también quiso la casualidad que el apartado “física cuántica” compartiera planta con “psicología”, “autoayuda”, “economía” y “sociología”.
- “Buscamos algo que conecte emociones y física cuántica” les dijimos a nuestros libreros.
- Imposible ” nos contestaron cargados de razón.
No somos gente que se amilane así que -después de intercambiar algunos argumentos- por fin llegamos al ansiado libro cuyo título no recordábamos. Resultó ser “Cómo explicar física cuántica con un gato zombi: la ciencia más loca explicada de forma sencilla” (Varios autores. Alfaguara 2016). Interesante, curioso.
Sé que los fenómenos cuánticos no se aplican a seres macroscópicos como nosotros. Lo he aprendido con este libro. Pero también creo en el poder inspirador de las analogías, de las similitudes para generar nuevas ideas y espacios a explorar.
Así que me quedo con algunas ideas que creo tienen ese poder de “sugerir” otras tantas nuevas.
- Todo lo que vemos en el mundo es una combinación de protones, neutrones y electrones. Ya lo decía Severo Ochoa, el amor es pura física y química… También todo lo demás.
- La luz es onda y partícula a la vez. Posee la propiedad de aparecer como dos cosas a la vez (dualidad). ¿Le encuentras equivalencias en el universo emocional? ¿Poseen las emociones esta propiedad?
- Una onda es una vibración que se transmite en el espacio que transporta energía sin tener que transportar materia. ¿Funcionan las emociones como ondas provocando contagio emocional? Las ondas se distribuyen por todo el espacio. Rebotan, cuando se encuentran con un obstáculo reflexionan (cambian de dirección) y refraccionan. ¿Autos de choque en las autopistas de la emoción?
- Las partículas pueden poseer a la vez varias propiedades que de entrada pueden parecer contradictorias (Superposición cuántica). En el mundo cuántico la superposición es real. ¿Y en nuestra vida emocional? ¿Puede ser vivenciada una emoción y su opuesta simultáneamente? ¿Es posible una y su contraria?
- Cuando la partícula deja de estar en todos los estados de la superposición a la vez y se queda en uno solo, colapsa en uno de los estados posibles que tiene. El observador destruye la función de onda con solo mirar. ¡Mira por donde! También aquí el observador interfiere en lo observado …
- Una acción no tiene una única consecuencia directa sino que puede llevar a varios efectos, cada uno de ellos con distinta probabilidad (Ondas de probabilidad) ¡Guau! ¿Sentenciadas las relaciones causa-efecto lineales?
- No existe la medida perfecta ni el valor correcto y único. Lo máximo que podemos conseguir es un valor aproximado. No podemos saber con precisión absoluta la velocidad y posición de algo. Energía y tiempo. (Principio de incertidumbre). ¿Asumiremos que nuestro conocimiento siempre es parcial, provisional, no verificado, vamos, que ninguna teoría es absolutamente verdadera?
Aunque no se aplican a seres macroscópicos como nosotros, los fenómenos cuánticos pueden ser inspiradores. Hace unos días los degusté en nuestra tertulia. Veremos donde nos llevan.